martes, marzo 25, 2008

Firma Invitada(2): Alvy Singer

Su DNI dice que tiene 19 años. Nadie le cree. Sabemos que procede de una civilización extraterrestre que viene a conquistar la tierra. Como buen amigo que soy de los genios( o titanacos) y la destrucción (por aquello de querer conquistar la tierra) , me complace tenerle como firma autoinvitada (por ello estoy todavía más orgulloso), y por ser, según él, su alumno predilecto (jejeje) . Señoras y señores: Alvy Singer.


Una conferencia imaginada, por Alvy Singer.

Estoy en el lento devenir de mi triste existencia, mientras espero entre bambalinas y me he escapado de todas las clases posibles. Acaban de actuar dos grandes escritores diciendo que entre Platón, Shakespeare y Pelé sólo median el número de pelotas que hubo en juego, y de repente pronuncian mi nombre. El auditorio se ha quedado presumiblemente espacioso y tengo la sospecha, cada vez más fecunda, de que el hombre maduro de look informal está usando su saliva que cae de su boca para despistarme y no para fingirse dormido. Nadie pronuncia mi nombre, pero creo que es hora de empezar.

Hay una canción de un grupo griego que viene a decirnos que Fumando maria y jugando al Pro. Nunca he visto forma más bonita de rescatar la cantinela europea de la Decadencia de la Sociedad Occidental, aceptándola como “fenómeno sociológico”. Supongo que encadenar otra acción paralela al consumo de drogas blandas es en realidad el presunto fenómeno, pero no estoy aquí para hablarles exclusivamente de curiosidades futbolísticas. No.

¡Hoy he leído la prensa! Sí, he leído la prensa y me ha pasado como a todos: las cosas que no he leído son las que me parecen más interesantes. El sábado por ejemplo hubo un partido entre el Atlético de Madrid y el Sevilla. Mi mejor amigo me dijo que fue un gran partido: yo desde luego puedo asegurar que hubo, al menos, un cabezazo. En realidad, todo esto tiene una explicación: con lo de la aldea global, muchos futbolistas confunden las distintas y variantes y tienen tendencia a jugar con cascos invisibles. El creador de esa tendencia fue Zidane: del sombrerito pasó al acorazado. Un incomprendido, y como muchos de los grandes expresivos de la historia francesa (como Céline), un tanto polémico. El caso es que después de que Enzo Maresca rompiera la nariz a Kun Agüero, Manolo Jiménez, entrenador del primero, declaró que ocurrió por la picardía del segundo. La prensa no se ha hecho eco de esto y es indignante: al fin un entrenador que se declara amante de los principios físicos. La causalidad es evidente: si Kun no hubiera acercado su nariz, tal vez ese gesto de saludo honorífico no hubiera devenido en tragedia. De hecho, Jiménez, y estoy convencidísimo, cree en la termodinámica. Y claro ya se sabe, la energía genera otra energía.

A pesar de que la prensa y el entrenador atlético han señalado que se trató de un incidente aislado (de una faltita puede que refiriéndose a la chata nariz del Kun), Jiménez sostuvo que cada uno reaccionó a su manera. O sea, que en ese momento, y entramos de nuevo en sesudos conceptos físicos, la energía se produjo por el aislamiento sentido por el jugador Maresca. No cabe duda de que los científicos deben investigar estos aislamientos en estados abarrotados y veintiún jugadores en un campo: al fin y al cabo puede que la soledad sea, a menos, una cosa de masas.

Hoy también he visto en un diario deportivo catalán el siguiente y maravilloso juego metafísico: Sylvinho cree que “Ronaldinho necesita que le abracen”. El antetitular reza “también pide menos presión para Bojan”. No cabe duda que pese a la confortabilidad del abrazo, se trata de un gesto en el que hay una presión casi inevitable entre dos cuerpos. Sin embargo ¿a qué se refiere este jugador? ¿Por qué nadie investiga los abrazos como “ausencia de presión” en tiempos de soledad?

En realidad ¿qué sabemos del fútbol más allá del Pro Evolution Soccer? Pues si se fijan muy poco. Aunque, francamente, tampoco deseo saber más: me basta con la harmónica combinación de verde-rojo para ver culminados mis sueños más elementales: el gol, el jolgorio y el sillón . Todo en uno: el placer virtual al alcance de la mano.

El auditorio permanece cerrado. Desde luego, es una mala forma de terminar una conferencia.